Bodega Viñas del Quintón, Colonia

2020-02-29 00:00:00

El proyecto del edificio se ha concebido partiendo de unas ideas – fuerza primarias, que han comandado todo el proceso.

En el Paraje El Quintón, Departamento de Colonia, Uruguay, y a orillas del arroyo que da origen a su nombre, se encuentra el establecimiento “Viñedos y Olivares Del Quintón”, 120 hectáreas dedicadas al cultivo de viñas y olivares, con un marcado equilibrio entre lo artesanal y lo tecnológico. En el mismo campo se ha construido una bodega.

 

Integración

La bodega se ha implantado excavada en una lomada de piedra, rodeada por viñedos de uva Cot-Malbec y Syrah. Desde esa ubicación, se domina todo el paisaje rural del entorno, pero incorporándolo al diseño. Las piedras con las que se han elevado los conduntentes muros curvos exteriores, son propias de una cantera del campo. Solamente se han reposicionado para darles un nuevo sentido, otro lenguaje. Un par de “tajos estructurales” en las paredes de contención exhiben la roca madre, la piedra que envuelve la bodega y a su vez la contiene.

“Las rocas que constituyen las paredes de la bodega subterránea se formaron a partir de un magma que se enfrío lentamente y a grandes profundidades. La composición de esta lava madre y la correcta espera en su enfriamiento, permitió la formación de cristales de diferentes minerales que pueden verse a simple vista: cuarzo, feldespato potásico, mica biotita y moscovita como componentes principales. Tienen 2200 millones de años de edad (Paleoproterozoico): han visto la mitad de la historia de nuestro planeta. Así lo evidencian las diferentes estructuras que se observan, y muestran los esfuerzos de deformación dúctil y rúptil a los que han sido sometidas a lo largo del tiempo geológico. Pero su esencia continúa allí, y es en parte responsable de la calidad de los suelos de la zona, que con su fertilidad permiten la calidad de la producción de Viñas del Quintón.” Lic. Sergio Gagliardi, Geólogo.

 

Abarcabilidad

 

Desde el proyecto, se apuntó al desafío de que fuera posible percibir todas las etapas de la vinificación desde dentro de la bodega. Así es que los niveles del edificio balconean unos sobre otros, y se han estudiado y logrado varios puntos de vista estratégicos desde donde el visitante puede contemplar de una vez todas las etapas de la elaboración del vino. Durante la vendimia, se conjugan visualmente la cosecha manual en las viñas, el lago de aguas naturales para riego, el transporte, la recepción y limpieza en bodega, el primer encubado en acero inoxidable, el futuro desvinado a crianza en barricas de roble francés, el descanso de las botellas de anteriores cosechas. La calidad de un vino está dada por la sumatoria de calidades de cada etapa de la vinificación. Bodega Viñas del Quintón rinde justo homenaje a todas ellas.

 

Gravitacionalidad

 

La bodega nació sabiendo que sería del tipo gravitacional. Es decir que desde el primer borrador se pensó en un edificio enterrado en la roca del suelo coloniense, de modo que todos los procesos para el movimiento de la uva y el vino se sirvan únicamente de la gravedad desde que se recibe el fruto hasta su fermentación. Esto evita el empleo de tolvas, sin-fines, bombas, mangueras, etc. que lastiman y deterioran la uva, generando oxidaciones no deseadas que alteran el vino. Viñas del Quintón es la única bodega gravitacional de la zona, con procesos ecológicos y no contaminantes desde la misma concepción edilicia. Por eso se obtienen vinos de alta gama pero más naturales, economizando medios materiales, humanos y energéticos.

 

Naturalidad

 

Bodega Viñas del Quintón ha buscado estrategias de acondicionamiento natural sencillas desde el punto de vista bioclimático. La implantación  en una zona elevada, la planta superior transparente y aventanada, un contundente eje compositivo de orientación sur – norte, tres niveles semienterrados interconectados espacialmente, dos amplios accesos a diferentes niveles, etc. permiten procesos naturales de iluminación, ventilación y acondicionamiento térmico. En efecto, el viento predominante en la zona es el “Pampero” que sopla desde el sur-suroeste. Proviene generalmente del Pacífico y atraviesa la Cordillera de los Andes donde pierde su humedad, y llegado al sur de Uruguay despeja el cielo. Este viento atraviesa la bodega desde el sur, barre todos sus niveles, y sale por el portal del norte, refrescando el edificio y limpiando constantemente su aire. El aventanamiento del nivel superior permite obtener un área de trabajo que no requiere de iluminación artificial sino para eventos muy específicos. Por otro lado, el edificio aprovecha la inercia térmica de la tierra natural que lo envuelve, incluso horizontalmente ya que la cubierta de la zona de barricas es del tipo azotea jardín. La temperatura ambiente va bajando a medida que se desciende naturalmente hacia las zonas donde la vinificación coherentemente necesita de temperaturas cada vez más bajas. No hay equipos artificiales de ventilación ni de acondicionamiento de aire.

 

Transparencia

 

La bodega en su parte elevada es transparente como también lo es internamente entre sus espacios, ya que “quiero que todo lo que allí se haga pueda ser visto por cualquier persona” (Lic. Rolando Lazarotti, Enólogo). Y esto es así porque ese atributo tiene también todo el proceso de elaboración del vino, desde la viña y el fruto hasta la botella. Por eso las visuales atraviesan el edificio, y se percibe perimetralmente todo el campo cultivado a través del aventanamiento del nivel sobre cubas. La idea es que desde el edificio tanto operarios como visitantes siempre puedan percibir el campo y los viñedos, porque ahí está la simiente del buen vino. Pero del mismo modo quienes cuidan las viñas día a día todo el año, tienen siempre una clara perspectiva hacia la bodega, que será el crisol final de su trabajo.

 

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